Il P. Procuratore Generale ha presieduto la Santa Messa di ringraziamento per il XX anniversario di erezione canonica della Congregazione dell’Oratorio di Nuestra Señora de la Paz (Città del Messico).
Festa nell’Oratorio di México-N. Sra. de la Pa
Con un anno ricco di numerose iniziative apostoliche – di cui dà notizia il sito (oratoriosanfelipeneri.com.mx) – la Congregazione dell’Oratorio di México-N. Sra. de la Paz si è preparata a celebrare solennemente, il prossimo 26 marzo, il XV anniversario della propria fondazione canonica.
Il P. Procuratore Generale esprime con la Lettera che riportiamo profonda soddisfazione per la preparazione che i Padri hanno condotto nel corso dell’anno, incoraggiante segno di quanto essi amino la vocazione oratoriana e la percepiscano come un dono prezioso per sé e per la Chiesa; ed annuncia la propria partecipazione alla festa solenne che celebrerà l’anniversario nel giorno stesso in cui egli consegnò, quindici anni orsono, il Rescritto Apostolico di fondazione della nuova Congregazione, la prima eretta durante il suo mandato.
Al M. R. P. Ricardo Álvarez Pérez, Preposito della Congregazione, il P. Procuratore Generale rivolge anche da questo sito il più fraterno augurio di guidare la Congregazione con lo spirito con cui l’ha amata e servita in questi quindici anni di vita, ricchi di ammirevoli opere apostoliche e di amore sincero per l’Oratorio di Padre Filippo. A tutta la comunità dei Padri e all’Oratorio Secolare l’augurio di continuare con sempre nuovo entusiasmo il cammino sulla “via” tracciata dal “Profeta della gioia cristiana”.
PROCURA GENERALIS
CONFOEDERATIONIS ORATORII S. PHILIPPI NERII
Via di Parione, 33 00186 ROMA
Al Muy Rvdo. P. RICARDO ÁLVAREZ PÉREZ, C. O.
Prepósito de la Congregación del Oratorio-Nuestra Señora de la Paz.
MÉXICO, D. F.
Roma, 1 de marzo de 2010
Muy Rvdo. P. Prepósito; amados Padres:
No pueden ustedes imaginarse el gusto que tuve al conocer que a lo largo de un año la Comunidad de los Padres, el Oratorio Secular y los fieles de la Parroquia se han preparado a celebrar el XV aniversario de fundación canónica de la Congregación de San Felipe Neri-Nuestra Señora de la Paz.
Les agradezco la invitación que me han hecho llegar para que les acompañe en la fiesta del 26 de marzo, día en el cual ya en 1995 tuve la alegría de entregarles el Rescripto Apostólico con el cual el venerable Juan Pablo II se dignó erigir la nueva Congregación.
Como ya presencié con ustedes hace cinco años la celebración del X aniversario, Dios mediante los visitaré también con mucha gratitud en esta ocasión. Ustedes mismos saben, en efecto, cuánto cariño le tengo a su Congregación, la primera que se fundó desde el día que inició mi cargo de Procurador General de la Confederación.
El XV aniversario acontece en el Año Sacerdotal que Su Santidad Benedicto XVI ha dedicado a la Iglesia para que los sacerdotes tomemos conciencia siempre más fuerte que nuestra fidelidad hunde sus raíces en la fidelidad a Jesucristo.
De esta fidelidad, cómo olvidar a un especial testigo para nosotros. Estamos viviendo el Año Jubilar del Bto. Sebastián Valfré, cofundador del Oratorio de Turín y primero de los discípulos de San Felipe Neri inscrito por la Iglesia entre los Beatos, el cual terminó su vida terrena hace tres siglos, el 30 de enero de 1710. El P. Sebastián, “padre de los pobres” como fue llamado aun en vida, resplandece a nuestros ojos como maravilloso testigo de la vocación oratoriana, imagen del perfecto sacerdote totalmente entregado al ministerio. Resplandece a nuestros ojos como maravilloso testigo de la vocación oratoriana, ícono del perfecto sacerdote totalmente entregado al ministerio.
Y cómo poder olvidar otra figura de excelente discípulo del Padre Felipe, el cardenal John Henry Newman que en este año tendremos la alegría de verlo elevado a la gloria de los altares.
Nuestros santos, con la fuerza de su testimonio, nos hablan de la belleza del don de Dios que hemos recibido en la ordenacion sacerdotal y del don de la vocación oratoriana en la cual nuestra misión se cumple.
Recordar los quince años de vida del Oratorio de Nuestra Señora de la Paz es, para ustedes, motivo para agradecer, ante todo, por estos dones y pedirle al Señor que les ayude a seguir adelante con el entusiasmo que viene de la fe.
A este agradecimiento, en comunion de oración, me uno muy cordialmente, en el nombre de toda la Confederación Oratoriana.
Me permito reiterarles, amados hermanos, las felicitaciones que en el X aniversario les expresé, pero ahora con convicción fortalecida por lo que se ha cumplido en este último lustro:
La Comunidad, aún conociendo las dificultades propias de cada joven Oratorio que se pone en marcha, ha hecho un buen camino de formación y ha crecido con nuevas vocaciones; el trabajo pastoral de la Congregación se ha intensificado hasta merecer el aplauso público de la Arquidiócesis de México; el Oratorio Secular, activo desde el principio, ha tenido un notable desarrollo; la casa de la Comunidad ha sido construida grande y hermosa, con el amor filipense hacia la propia Familia; el templo del Oratorio ya surge y numerosas capillas, en el sitio de la gran Parroquia confiada a la Congregación, manifiestan a todos el celo de los Padres para el bien del pueblo cristiano y la adhesión, conforme al estilo de decoro y de belleza que el Padre Felipe nos dejó como herencia. La Comunidad, además, ha dado buen testimonio del amor oratoriano también por la cultura, permitiendo a sus miembros conseguir un válido nivel en los estudios teológicos, coronados por los grados académicos en la Pontificia Universidad de México.
Por todo esto me lleno de felicidad y les doy las gracias, queridísimos Padres, mientras tengo la alegría de entregarles el Rescripto de la Penitenciaría Apostólica, con la cual Su Santidad Benedicto XVI concede Indulgencias para enriquecer las celebraciones del 26 de marzo, junto al pergamino de la Bendición Apostólica que el Santo Padre les imparte a todos ustedes, con paternos deseos de feliz crecimiento en su entrega al Señor en la “vida del Oratorio”.
Pregustando el placer de estar con ustedes, les saludo con mucho cariño y les aseguro que ya estoy rezando aquí, en el templo romano de Santa María en Vallicella, a la Santísima Virgen Madre del Oratorio y a Nuestro Padre San Felipe, en el altar donde su cuerpo bendito nos sigue hablando del espíritu y del carisma oratoriano.
En el Corazón de Cristo y de Felipe, nuestro Padre,
de Sus Reverencias me quedo afectísimo.
Edoardo Aldo Cerrato, C.O.
Procurador General